Uncategorized

El Chupacabras en Puerto Huarmey por Miguel Ermenegildo(h)

El domingo 12 de abril escuché por la radio -acostumbro a escuchar la radio en una habitación oscura, llena de rosarios y estampas de mártires del cristianismo de la edad media y también actuales como Sarita Colonia (es el cuarto de mi madre; aún vivo con mi madre), solo esa parte de la casa ofrece una atmósfera terrorífica y claustrofóbica, además,  gracias a la humedad de sus paredes posee una acústica perfecta cuando “ella” no está- a  Don Anthony Choy, el psíquico de la radio (el apellido me hace  recordar a  la panadería Choy de la que me hablaba mi  rojo  amigo Dante Castro, “todos los poetas íbamos donde Choy, en la avenida Sáenz Peña en el Callao antiguo,  que tenía un chifa en el primer piso de su casa…). Encontré  la radio prendida y cerré los ojos.

animalesLa historia es que un vampiro con cara de cerdo y dientes de sable recorre por el aire los corrales de Puerto Huarmey absorbiendo la suerte de sus víctimas y restregándose con ella. La sangre es la clave de esta historia, pues al parecer, el llamado chupacabras por la mitología centroamericana (se registra la primera aparición de este mítico extractor de sangre en la isla salsera de Puerto Rico) es un exquisito gourmet a quien solo le interesa la sangre de su víctimas, que son los perros falderos, los cuyes /conejillos de indias, las aves de corral como los patos y al parecer también los humanos pobladores del lugar en su mayoría pescadores serían víctimas de este aniquilador, pues al escuchar sus declaraciones, se percibe una paranoia a lo desconocido,  la idea de la muerte focalizada en este monstruo nocturno.

Así lo describían las dos mujeres que mostraban los cadáveres de sus animales disecados:  “Es un animal que medirá 1.63, casi de mi tamaño, tiene cara de perro y nariz de chancho, el cuerpo entero cubierto de pelos y su espalda en forma de diamante, pero lo más asombroso es que el animal vuela”. “Por aquí ha pasado” y señaló el cielo que se encontraba sobre la cabeza de la mujer que la acompañaba. Ella había conservado los cadáveres de sus animales; la imagen era descomunal en su aspecto, un perro seco y con grandes aberturas en el cuello, realizadas al parecer por un cuchillo destazador, descansaba inmóvil dentro de una caja para embalar. (Al menos eso  fue lo que imaginé cuando escuchaba su narración fantástica).

El otro poblador, que era un viejo pescador curtido, curado de los nervios; lo describió como un vampiro de grandes alas, que desplegadas alcanzarían a levantar su salado cuerpo humano por los aires como un pichoncito más para someterlo a su aspiradora de sangre. Lo más curioso es que el pescador descubrió al Chupacabras observándolo desde el tejado de su casa, interesado como una rata curiosa en la persona salada.

“Me estuvo mirando largo rato” –dijo- “yo me quedé paralizado al ver tremendo aspecto, una cara de vampiro con dientes afilados. Cuando me vio se echó a volar de la impresión que le produje y se desplegó con dirección a la playa”. Señaló el mar y el sol, que seguro a esa hora se ocultaba en Puerto Huarmey. “Fui a ver a mis animales en el acto y el espectáculo no podía ser menos sangriento; no había sangre, solo enormes hileras de cuyes disecados. Fueron 77 cuyes muertos, señor. He jurado venganza por mis animales”.

Un extraño viajante centroamericano sin maletas pero con alas ronda un tranquilo puerto de pescadores del norte chico del Perú, un lugar acogedor y mitológico hasta para este nacido boricua y ahora huarmeyano ilustre y cruel.

Vanessa, si tú supieras qué sucede ahora en tu Puerto Huarmey.

8 comentarios en “El Chupacabras en Puerto Huarmey por Miguel Ermenegildo(h)”

  1. YO SI CREO EN TODO LO POSIBLE EN ESTA VIDA POR ALGO EXINTEN PELICULAS COMO EL DEMONIO QUE ES CASI IGUAL LA HISTORIA, HASTA LA VISTA.

  2. Hola Miguel! Mira por dónde me entero de tus historias! El facebook me trajo aquí. Excelentes tus relatos.
    Un beso y escríbeme (no tengo tu mail)

    1. Hola Vane, qué gusto saber de ti, mira cuanto tiempo sin verte. La verdad no podía hacer menos por tu cumpleaños que ese relato. Saludos. Pronto enviaré mi libro objeto a un amigo que estudia en Barcelona, le daré uno para ti. Como siempre un abrazo fraterno. Escríbeme .Miguel

Replica a carbajajal Cancelar la respuesta